Lo conocí como Facundo, otros también como La Pepa, pero se llamaba Néstor. Y fue el primer Néstor que se me cruzó fuertemente en mi vida. Lo conocí en el ´75 a mis catorce y me llevaba seis años. Es decir la edad de hermano mayor. No tuve un vínculo constante con él. Es más, entre actos militantes y de tipo "sociales", habré estado una media docena de veces con él y veía como era escuchado por los demás, fundamento suficiente para hacerlo desde el día que lo conocí. Su voz era particular y tengo presente cómo me tranquilizó en la última "pintada" que participé, y de la cual él era el responsable, pocos días después del golpe de 1976. Esa noche estuvimos juntos las horas previas y me acuerdo que me cargaba porque nunca había leído El Tony, una revista de historietas de la época. Pero esa noche de mates, hablamos de música y revistas. Fue buena táctica para sedar mi nerviosismo. Otros saben mucho más que yo de él, pero quiero dejar estas palabras sobre alguien que nunca pude olvidar y con quien sólo estuve vinculado unos meses, pero que fueron suficientes para saber de su importancia y valía. Le truncaron una gran vida, de la que apenas empezaba a asomarse. No tiene que haber olvido y tampoco perdón.

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Víctor Astesiano, Santa Fe